Para el MCC es tiempo de ir más allá
Mari Loli Negrillo, Vicepresidente del GECC fue la encargada de proponernos ir más allá. Todos tenemos muchas experiencias vividas a partir de nuestro Cursillo. Sin duda el MCC ha dado mucho fruto. Con luces y sombras, hemos trazado un camino.
En lugar de dedicarnos a hablar del pasado, esta reflexión pretende proponernos ir más allá. El MCC ha de ser un movimiento en salida. Empezando por reconocer el enorme potencial que significa ser un instrumento del primer anuncio.
Situémonos como MCC en el presente.
Empecemos por reconocer que nuestra sociedad ha cambiado. Son un distinto tipo de alejados a los que nuestro Movimiento tiene que seguir llegando. Tenemos que prestar atención y discernir los signos de los tiempos.
En medio de los desafíos actuales y a pesar de las diversas coyunturas que atraviesa la Iglesia, debemos seguir ofreciendo al mundo la posibilidad del encuentro con el Señor. Tenemos que abrir nuestros corazones a fin de no quedar atrapados en nuestras ideas o en nuestros antiguos esquemas.
Descubrir la llamada que el Señor nos hace hoy
Estamos llamados a repensar e impulsar el MCC en este nuevo mundo para que dé frutos. En tal sentido, este VIII Encuentro Mundial es una oportunidad. Tenemos que escoger entre la vida y la muerte.
Debemos revisar nuestra vida cristiana. ¡Es el Señor el centro de mi ser y hacer? Lo fundamental es la transformación y conversión personal de cada uno de nosotros. Solo en esta medida seremos capaces de contagiar a los demás.
El Carisma y la vida en el MCC
El MCC constituye la puesta en práctica de un Carisma dado a nuestra Iglesia. Los Carismas provienen del Espíritu Santo y son dados a la Iglesia. No provienen de una persona en particular. No es tampoco un voluntarismo.
Si el Carisma pierde esta dimensión espiritual, nos encontraríamos en medio de un esfuerzo humano. Lamentablemente muchas veces olvidamos que estamos trabajando en la viña del Señor. Dar frutos e ir más allá pasa por reconocer que es el Señor el que nos ha regalado este Carisma.
El amor de Dios centro del carisma
Es esta convicción que nos lleva a salir de nosotros mismos y buscar a los hermanos alejados con el afán que ellos también puedan descubrir el amor de Dios. Ellos necesitan encontrar lo que nos otros hemos encontrado.
Visto así, el mundo es un espacio de salvación. Y la Iglesia es el sacramento de salvación que Dios ha dispuesto para llegar a todos los hombres. Nosotros, a través de la amistad, nuestro testimonio y oraciones podemos hacer que este mensaje llegue a los alejados.
La finalidad del MCC
Somos un movimiento de Iglesia que ha de llevar a los hermanos el primer anuncio, este que es capaz de iniciar un proceso de transformación y conversión de la vida de quien lo escucha. Es por eso para nosotros un gran reto ver cómo llegamos, cómo nos acercamos.
El MCC requiere de nosotros para cumplir con su misión y carisma. Esta realidad humana y estas estructuras son necesarias para llegar a nuestros hermanos. Requerimos de nuestros Secretariados y Escuelas. Su eficacia ha sido comprobada históricamente.
Responder con valentía y creatividad
El MCC surgió en momentos de dificultades y fue preciso mucha creatividad y valor para sacarlo adelante. Entonces, como ahora, fue necesario luchar contra todo aquello que se opone a la Gracia, contra el demonio.
Nos toca arriesgarnos, trabajar arduamente y ser perseverantes para acompañar los procesos de transformación de nuestros hermanos. Es la hora de mostrar el gran amor que hemos recibido de Dios y dar gratis, lo que recibimos gratis. Solo así daremos el verdadero sentido a nuestras vidas.
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